Evaluación Docente y Portafolio

de Sistema de Reconocimiento

¿Qué se entiende por trabajo colaborativo?

¿Cuándo NO es trabajo colaborativo?

¿Cuándo NO es trabajo colaborativo?

El trabajo colaborativo representa una importante oportunidad de aprendizaje profesional, en la cual se reflexiona con otros y se analizan necesidades, problemas o intereses relevantes para el aprendizaje de los estudiantes y para su práctica cotidiana.

No todas las experiencias de trabajo con otros representan un trabajo realmente colaborativo.
A continuación se muestran algunos ejemplos de experiencias entre docentes que NO son Trabajo Colaborativo.

Confieso que las instancias para sociabilizar o trabajar colaborativamente con mis pares u otros al interior de la comunidad educativa son casi inexistentes debido a la carga laboral que debemos asumir. Excepcionalmente, la experiencia que describiré se gesta el 20l4 en un consejo de profesores en el mes de mayo.

En mi liceo gran parte de los alumnos que provenían de otros establecimientos presentaban conductas de indisciplina y bajo rendimiento académico. En el consejo de profesores se analizó esta situación en forma genérica y se concluyó que debíamos proponer remediales entre otros diseñar actividades que gatillen en el alumnado un sentimiento de pertenencia (identidad) a nuestro PEI.

A raíz de esta situación, en el área de educación física propuse al equipo directivo la creación de talleres que pudiesen generar tareas físicas que representen desafíos motrices estimulantes e innovadores para el alumnado, y que a su vez fueran creando un sentimiento de identidad con nuestra institución. Los talleres contemplaban desplazarse sobre un muro de escalada, practicar natación en pleno invierno o introducirse en el tenis. En términos de infraestructura poseemos un pequeño muro top rock que permite sensibilizar al alumnado sobre la escalada artificial, sin embargo, carecemos de espacios e implementación para desarrollar talleres de envergadura como los nombrados anteriormente (debilidad). No obstante, la fortaleza de mi liceo es su ubicación, existen un amplio número de instituciones universitarias, técnicas y centros deportivos que desarrollan temáticas relacionadas con la actividad física (oportunidad).

La dinámica de trabajo fue la siguiente: una vez planteada la propuesta al equipo debía cerciorarme que contaba con el respaldo de ellos en términos de apoyo financiero y adecuación horaria para concretar tan atrevida propuesta para un establecimiento municipal.

El impacto que generó en mí este proyecto, me permitió mejorar mi práctica profesional de manera insospechada. Fue el punto de partida que me llevo a enriquecer y diversificar mis planificaciones. Como ya lo expuse, mi liceo se ubica en la cercanía de numerosas instituciones que poseen infraestructura ad hoc con las actividades planteadas en la propuesta, situación que me llevó a gestionar personalmente con los directivos de dichos establecimientos un convenio que me brindaba la posibilidad de hacer uso de sus instalaciones y a su vez nuestro departamento de educación física acogía a sus alumnos en proceso de práctica. Al utilizar recintos de primera calidad, me obligaba a actualizar mis conocimientos sobre las temáticas y ejercicios abordados, mis alumnos se familiarizaban con actividades innovadoras y de primer nivel y a su vez gozábamos del respaldo de alumnos universitarios y técnicos que se esmeraban por apoyar al profesor guía de la mejor manera posible.

En este ejemplo el docente relata cómo un problema que es colectivo fue abordado de manera individual. Si bien se nombran diversos actores de la comunidad educativa, como los miembros del equipo directivo, la solución al problema fue llevada a cabo de manera individual por el docente, y en ese sentido, no es representativo de una experiencia de trabajo colaborativo.

Con el fin de trabajar y lograr que los estudiantes avanzaran en su lectura, la profesora de diferencial realizó una evaluación para diagnosticar las dificultades que presentaban en comprensión de lectura los alumnos de tercero básico. Hizo un informe para mí y otro para mi paralela. A este informe, ella anexó distintas guías de trabajo y sugerencias de actividades que podían utilizarse con los niños de ambos cursos.

Esto fue de mucha ayuda para mí porque no siempre uno tiene tiempo para ir diseñando actividades diferenciadas para los alumnos con más dificultades. El material que entregó era bien variado, ya que no sólo contenía orientaciones didácticas, sino que también sugerencias de lecturas, guías y distinto material de apoyo.

Para aprovechar al máximo este material, con mi paralela nos distribuimos las tareas. Yo me quedé a cargo de hacer una selección de lecturas que iba de lo más simple a otras más complejas para que cada una trabajara con su curso a lo largo del semestre. Por su parte mi colega, quedo a cargo de seleccionar algunas guías que podían trabajarse como tarea para la casa.

La organización que logramos fue bastante positiva, ya que, el distribuirnos las tareas nos permitió abarcar distintas actividades y no sobrecargamos demasiado.

Este es un claro ejemplo en que las participantes se distribuyen tareas y comparten materiales, pero cada una trabaja en forma individual sin que se haya dado un proceso de reflexión entre pares que permita ir evaluando o mejorando la práctica. En ese sentido, no es un ejemplo representativo de una experiencia de trabajo colaborativo.