Ambiente de trabajo
Conversando con mi colega
Como una forma de mejorar las prácticas pedagógicas de los y las docentes, en una escuela se ha decidido realizar observaciones entre pares basadas en una pauta de observación elaborada por la misma escuela.
Después de observar a la docente de Ciencias en un tercero medio, el docente de Filosofía le comenta:
Docente Filosofía: Colega, se logró generar un muy buen ambiente de trabajo en su clase. De hecho me sirvió para conocer a estudiantes que prácticamente no hablan en mis clases.
Docente Ciencias: ¿En serio? ¿qué aspectos del ambiente le llamaron la atención?
Docente Filosofía: Sin duda, logró que todos trabajaran muy concentrados en el experimento, pero además de eso, se percibió que estaban disfrutando lo que hacían. Hubo momentos en que la llamaban a cada rato para mostrarle sus hallazgos o preguntarle sus dudas, ¿cómo lo hace?
Docente Ciencias: ¡Uffff!, ha sido un trabajo de años. Con el tiempo, junto con ir tomando en cuenta sus intereses para planificar las actividades, me he dado cuenta de lo importante que es escucharlos, detenerme en sus intervenciones y valorarlas. Así ellos participan con más confianza, pues saben que serán tomados en cuenta.
Docente Filosofía: Claro, usted se notaba muy interesado en sus intervenciones. Cada vez que lo llamaban para comentarle algo, usted les contra preguntaba o les hacía algún comentario que denotaba interés. No era la típica dinámica donde el docente pregunta y los estudiantes responden. Parecía una conversación del experimento, más que una clase.
Docente Ciencias: La verdad es que siempre parto de la idea de que todos tienen algo importante que aportar en la clase, me detengo harto en lo que dicen para lograr entenderlos y de diferentes maneras, les demuestro que sus intervenciones son importantes para la clase porque sé que eso les dará la confianza de aportar cuando lo deseen.
Docente Filosofía: Debe ser por eso que en su clase participan más que en la mía. Yo pensaba que llevándoles temáticas interesantes para ellos, lograría que participen así de entusiasmados, pero parece que me falta darme el tiempo para escucharlos con más atención, acoger sus intervenciones y demostrarles lo importante que son. Así quizás logre que más estudiantes participen de la clase.
Analicemos el ejemplo
Más allá del trabajo concentrado y focalizado, el docente destacó lo entusiasmado que trabajaban los estudiantes en la clase de Ciencias. Por ejemplo, le llamó la atención que constantemente los estudiantes llamaran a la docente para realizarle comentarios sobre el experimento o para plantearle sus dudas.
Tal como lo comenta, la docente entiende que ese tipo de participación se debe al clima que intenta generar con sus estudiantes. Por un lado, la docente intenta diseñar actividades que estén vinculadas con sus intereses y, a la vez, la dinámica que establece con ellos está basada en la valoración y la confianza. De hecho, su colega le hace ver que la forma en que acoge las intervenciones de sus estudiantes es muy distinta a lo que él hace en su clase de Filosofía.
La docente de Ciencias se preocupa de detenerse ante las intervenciones de sus estudiantes para contrapreguntarles o comentarles lo que ellos plantean. Con esto, les transmite que le importa mucho lo que ellos manifiestan y esto sin duda, provoca que participen con mayor confianza, pues saben que serán escuchados con interés y respeto.
A partir de lo observado, el docente puede reflexionar sobre el clima que promueve con sus estudiantes. El solo hecho de darse cuenta que los estudiantes no participan del mismo modo como lo hacen en la clase de Ciencias resulta un buen comienzo para cuestionar el clima que promueve. Al respecto podría preguntarse:
¿Qué beneficios se obtienen al trabajar en ambientes basados en la confianza y la valoración? ¿Cómo esto afecta el aprendizaje de mis estudiantes? ¿De qué modo cambia su forma de participar de las clases? ¿Puedo notar que participan con mayor entusiasmo? ¿Se atreven más a disentir, se cuestionan más allá los aprendizajes?
